lunes, 7 de marzo de 2016

Elinâ: PRIMERA PARTE "LEVIATÁN", CAPÍTULO 5


           Elinâ: Primera Parte "Leviatán", Capítulo 5



5
El comandante Trûn de la Guardia Oscura de Morium descansaba en su celda cuando llamaron a la puerta.

Se levantó inmediatamente, miró por la ventana y observó que aún era de noche.

—¿Quién es? —preguntó con voz de ultratumba.

—El general Urtrû ha convocado al Consejo, mi comandante —informó un tarko desde fuera.

—Es muy temprano.

—Órdenes del general.

Trûn movió la cabeza, furibundo.

—¡De acuerdo, puedes marcharte!

—A la orden, mi comandante.

Al instante salió de la cámara y recorrió los pasillos lúgubres del Castillo Tiniebla.

Se cruzó con varios guardias, que le saludaron militarmente con el puño a la vez que bramaban: «¡A la orden, mi comandante!», hasta que se presentó en la Sala del Consejo, que encontró vacía.

—¿Qué es esto? —se preguntó, arrugando el entrecejo.

De repente apareció un monstruo tarkkeeum, un monje guerrero tarko, con el yelmo de calavera en una mano.

—Mi comandante, le esperan en la otra sala —indicó.

Trûn lo miró de un modo directo a los ojos y el heraldo retrocedió intimidado.

—¿Qué sala? —inquirió.

—La Sala Real. 

—¿Por qué?

—Órdenes del general Urtrû.

Presto, giró sobre sus pasos, volvió al pasillo y caminó decidido. Pasados unos minutos, cruzó una puerta y entró en el salón principal donde se encontró con militares tarkos y numerosos dîrus. Los brujos rodeaban a su dirigente Erkei, el gran dîrus supremo, sucesor del desaparecido Enis. Asimismo, el general Urtrû estaba plácidamente sentado en el Trono de Calaveras, con su gran palo de pinchos en el suelo, a su lado.

El comandante se enfureció.

¡Aquello era inaceptable!

¡El trono sólo podía ser ocupado por el rey Oscuro, morador aún en el Averno!

Decidido, caminó hacia el general con la intención de obligarle a bajar del pedestal.

«¡Detente!», exclamó de pronto una voz en su mente.

El tarko dudó.

«¡No es el momento, te matarán!».

Giró la cabeza y se encontró con la mirada de Erkei.

«¿Qué ocurre aquí?», preguntó el monstruo, indignado.

«Si le atacas ahora, te matará», volvió a advertirle el dîrus.

«¡No dejaré que usurpe el trono! ¡No le pertenece!».

«No tenemos otra opción», indicó Erkei. «Ahora no es el momento».

Trûn recapacitó. Indudablemente era un tarko excepcional, más poderoso que la mayoría de los dîrus o magos humanos, y controló su ira en el último momento.

—A sus órdenes, mi general —dijo, deteniéndose al pie del trono, saludando con el puño.

Urtrû sonrió con maldad.

—Hola, Trûn, todos esperábamos tu llegada.

—No sabía que el Consejo se celebrase aquí, mi general.

—A partir de ahora, muchas cosas cambiarán —dijo Urtrû con autoridad. 

Y volvió a sonreír perversamente.





Elinâ
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