viernes, 24 de julio de 2015

Edgar Allan Poe: LUCERO VESPERTINO



Ocurrió una medianoche 
a mediados de verano; 
lucían pálidas estrellas 
tras el potente halo
de una luna clara y fría 
que iluminaba las olas
rodeada de planetas,
esclavos de su señora. 
Detuve mi mirada
en su sonrisa helada
-demasiado helada para mí-;
una nube le puso un velo
de lanudo terciopelo
y entonces me fijé en ti.
Lucero orgulloso,
remoto, glorioso,
yo siempre tu brillo preferí;
pues mi alma jalea
la orgullosa tarea
que cumples de la noche a la mañana,
y admiro más, desde luego,
tu lejanísimo fuego
que esa otra luz, más fría, más cercana.


Edgar Allan Poe


Fuente: A media voz

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