Los cuatro carroñeros cruzaron la barrera mágica que protegía la ciudad auri.
«¿Dónde vamos?», preguntó Elinâ con la mirada perdida en tantos edificios, torres y templos.
«¡Seguidme!», dijo Valesïa, decidida.
Erlïn estaba llamándola.
Llegas a mí
envuelta de magia y dolor,
con uniforme negro,
alado, siniestro.
Pero con la niebla
surge la magia,
desaparece la oscuridad
y tu rostro me ilumina,
me llena de vida.
Capítulo 14 de la Cuarta Parte (Tinieblas)
Valesïa
Copyright©, COSTA TOVAR Miguel Ángel, 2013-2014
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