El día se volvió más oscuro y empezó a llover más fuerte.
Valesïa miró otra vez a las casas, pero no vio nada anormal. La muchacha tenía una sensación extraña, y aunque estaba deseosa por averiguar quién vivía allí y continuar el camino hacia el sombrío y lejano Bosque Silencioso, también se encontraba muy tranquila y se impacientaba menos que antes, cuando era una mujer humana. No obstante, sentía en su interior una fuerza vital que la impulsaba a llegar salvajemente a su destino, como el depredador que ansía su presa...
Capítulo 31 de la Primera Parte (Invasión)
Valesïa
Copyright©, COSTA TOVAR Miguel Ángel, 2013
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