Valesïa observaba desde la torre del homenaje el gran alboroto que había en el castillo, concretamente en el patio de armas. Su padre ordenó cerrar todas las puertas de las murallas de la ciudad y duplicó la vigilancia de legionarios y guardias, sobre todo en la zona costera. Además, desde el puerto zarparon ocho barcos de guerra. Finalmente, los militares también construyeron varias torres de vigía por la costa hasta cien kilómetros, aproximadamente, hacia el sur, y algunas bordeando la parte meridional del Bosque de Mür.
Capítulo 8 de la Primera Parte (Invasión)
Valesïa
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