Los gritos de angustia y terror de los hombres atormentaron su mente, y con los primeros rayos de luz en el horizonte distinguió bastante mejor a los terribles lûctos, que volvían a descargar su fuego sobre ellos. En cambio, los brujos que estaban en tierra lanzaban sus rayos de fuego hacia la muralla de Bastión mientras entonaban cánticos en su idioma.
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